Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana

La vida está llena de oportunidades, solo hay que saber escoger. A veces pensamos que cuando algo se acaba, el mundo se termina y nuestra vida se va con ese final imprevisto. Sin embargo, hay otra forma de verlo: una nueva posibilidad de comenzar.
Generalmente, cerrar una puerta conlleva dolor. Si tienes que abandonar a tu pareja, acabar una amistad con alguien, dejar un trabajo en el que fuiste feliz, marcharte de la ciudad donde vives… todo ello puede provocar tristeza. Ahora bien, pensemos en las circunstancias que nos han llevado a cerrar esas puertas. Reflexiona sobre tus decisiones, y por qué has llegado hasta esa situación. No te dediques a juzgar a los demás por lo que te pasa, y encuentra tu parte de responsabilidad, pudo haber algo que pudiste hacer mejor o debiste decir antes. O tal vez no, pero es necesario que lo sepas, lo analices y lo aprendas.